Periodo formativo que prepara al noviciado donde la postulante realiza un camino progresivo de adecuación espiritual y psicológico verificando a la luz de Dios la propia llamada nuestra forma de vida contemplativa y franciscana. La formación será densa en espiritualidad, estudio, trabajo, vida franciscana, servicio fraternos, escalonada de momentos de oración, en una experiencia de conversión evangélica según el itinerario franciscano.