Nuestra comunidad inicial venida del Monasterio de San Francisco el Real de Trujillo con el deseo de comenzar una experiencia franciscana TOR, volviendo a los orígenes, hizo una fundación en Mallorca, Calvià, en el año 1989, para volver a iniciar la vida femenina contemplativa en este lugar que se había extinguido.

La providencia de Dios guió los pasos de esta fundación que a los pocos días tuvo lugar su inauguración y a los tres meses quedó el Monasterio erigido canónicamente.

A los diecisiete años de vida en el pueblo de Calviá, el Sr. Obispo de la diócesis, nos propuso ayudar a la Hermanas Capuchinas del Monasterio de la Purísima Concepción, situado en el corazón de Palma, pues debido a la avanzada edad de las religiosas, existía el peligro de cierre del convento. Después de varios años de trámites y con la aprobación de la Santa Sede, el Monasterio de La Purísima Concepción pasa a formar parte de las monjas TOR, siendo un lugar donde ahora rezan y trabajan al unísono las Capuchinas y las Franciscanas.

El monasterio de antigüedad centenaria ha sido y es muy querido por los habitantes de Palma y constituye un baluarte de la Fe cristiana en uno de los barrios históricos con más antigüedad y encanto de la ciudad.

A los 17 años de vida en Calvià el  Sr.
Obispo nos propuso ayudar a unas Hermanas Capuchinas del Monasterio
de la Purísima Concepción de Palma debido a su avanzada edad y para
que el Monasterio no se cerrara sino que éste pasara a la Tercera Orden
Regular  de San Francisco.  Experiencia que vivimos como una obra de
misericordia y una fundación más dentro de nuestra Orden.